“La terapia celular debe hacer que el paciente no sólo sea trasplantable, sino que tenga mejor calidad de vida»

Alejandro Madrigal

El director científico del Instituto de Investigación Anthony Nolan  desde hace 20 años, Alejandro Madrigal, será un huésped frecuente en Cataluña. La larga colaboración entre el Nolan y el BST se estrecha: Madrigal estará una semana al mes en el BST para impulsar las últimas investigaciones conjuntas en trasplantes del cordón umbilical y selección de donantes en enfermedades de la sangre. Es uno de los expertos mundiales en trasplantes de células madre y con el BST, afronta el reto de liderar los nuevos ensayos clínicos en terapia celular, lo que se apunta como la próxima revolución de la medicina. Nolan y BST suman toda la cadena de investigación médica, desde el laboratorio, al ensayo clínico.

Alejandro Madrigal
Alejandro Madrigal

Autor de una exitosa novela fa tot just un any «Días de rabia«, que quien sabe si veremos en las pantallas, confiesa que es un enamorado de la cultura ibérica hace años. Creció escuchando Serrat y fascinado por Pau Casals. Y es un autodidacta completo: «rasca el violín», mientras escribe ya la segunda novela y pinta. No duerme más de 5 horas y es entonces cuando crear, le relaja.

¿Por qué colaborar con el BST?
Yo vengo del Anthony Nolan, el primer registro del mundo de donantes no relacionados, creado en 1974. Es un centro líder en aspectos de inmunogenética y en proyectos de inmunoterapia. Hemos colaborado con el BST desde hace muchos años: Sergi Querol y Susanna G. Gómez han sido personal nuestro y nos han ayudado a fundar el banco de cordón y algunos de los proyectos de investigación actuales, que son conjuntos.

¿Qué aporta el BST, en investigación?
En Nolan somos una incubadora, y ahora lo que necesitamos es traducirlo a la práctica clínica. La ventaja es que el BST tiene una gran capacidad de producir productos celulares de alta calidad con todas las condiciones reguladas de seguridad y, además, tiene una red hospitalaria que nos permitirá aplicar muchos de estos productos en ensayos clínicos. Tenemos resultados fascinantes en el estudio que acabamos de impulsar en optimizar el uso del cordón umbilical. Puede que modifique el procedimiento del cordón umbilical o la selección de donantes.

¿Qué supondrá esto para el paciente de una leucemia o de alguna enfermedad grave de la sangre?
Buscamos mejorar la calidad de vida del paciente que se trasplanta. Queremos no sólo, aumentar la supervivencia, sino su calidad de vida, y evitar las complicaciones serias post-trasplante como son las recaídas, el rechazo y las infecciones. Haremos terapia innovadora celular para poder producir nuevos productos celulares para los pacientes para mejorar el trasplante.

¿La solución ya no pasa por encontrar un donante ‘clónico’?
Durante mucho tiempo el problema fue encontrar el donante compatible perfecto. Y aunque hubiera más de 28 millones de donantes en nuestro registro, muchos pacientes no lo encontraban. Es por ello que se empezaron a buscar otras fuentes de células madre como las del cordón umbilical y, en ellas, encontramos que podíamos trasplantar a pacientes, aunque los genes no fueran idénticos, algo que no ocurría antes con los donantes no familiares.

¿Se puede ‘fabricar’ pues, el donante perfecto?
No exactamente. La línea de investigación del cordón umbilical se ha convertido en válida para todo tipo de trasplante, hasta el punto que ha surgido la modalidad del trasplante haploidèntico. Es el que se hace con un donante familiar aunque no sea compatible al 100%, porque se le eliminan las células que reaccionarían en contra. Con esto podemos decir que prácticamente todos los pacientes pueden tener un donante, ya sea, relacionado, no relacionado con cordón umbilical o haploidèntico. Esto cambia mucho el éxito de los tratamientos, sobre todo en países donde no hay registros de donantes porque se puede usar un donante familiar, padre, hermano, o hijo, aunque no sea idénticamente compatible.

¿Cuáles son los principales problemas del post-trasplante?
No debemos olvidar que el trasplante en enfermedades de la sangre se da en casos graves, cuando no hay alternativa. Sólo el 50-60% de los enfermos sobreviven. Y los que no lo hacen, es por tres factores: el 50% de los que mueren es porque la enfermedad retorna, un 25% es porque el sistema inmune del donante rechaza el paciente, y el 25%, por infecciones. De los pacientes que sobreviven, muchos lo hacen con complicaciones serias y crónicas. Tenemos que mejorar su calidad de vida. Por lo tanto, lo que estamos haciendo, además de encontrar donante, es que el trasplante sea un éxito.

¿Cuál será la solución de futuro?
Con el BST las líneas de trabajo iniciadas son para entender ciertos mecanismos de las células y hacer que sirvan de terapia: que regulen la actuación del sistema inmune, que hagan prevención del rechazo o que, incluso, tengan una función antitumoral . Hemos podido aislar células ‘terapéuticas’ en el cordón umbilical desde cero. Y ahora, estamos explorando cómo podemos llevarlas al paciente, que sea una terapia que permita mejorar el trasplante y la supervivencia.

¿Donde habrá más éxitos?
Empezamos a tener mucha información para poder optimizar el trasplante con células de cordón umbilical y con ello incrementar las posibilidades de sobrevivir, más incluso que con el donante no familiar o con el haploidèntico.

¿Cómo serán los tratamientos del futuro?
Los aspectos más importantes de la investigación son dos: la inmunogenética, que trata de optimizar el mejor donante para el trasplante, sea de cordón o de donante no relacionado y, por otra parte, la inmunoterapia. Queremos localizar, por ejemplo, donantes que nos puedan dar sus células que reconozcan virus, y con ello transferirlos a pacientes trasplantados con complicaciones por infecciones. Esto ya se hace, pero lo queremos hacer con métodos innovadores.