La transfusión de sangre está indicada para el tratamiento de pacientes que, en un momento determinado, presentan una carencia de componentes sanguíneos que no puede ser substituida por otras alternativas.
La sangre de cordón umbilical contiene células madre utilizables en trasplantes para la curación de enfermedades como la leucemia, linfomas y problemas medulares que se trasplantan con médula ósea y sangre periférica.
Los tejidos que se extraen de un donante cadáver llegan a decenas de receptores: tejido osteotendinoso, válvulas cardiacas, arterias, piel y corneas son reimplantadas a receptores para mejorarles la calidad de vida.
La leche materna contribuye al desarrollo de los recién nacidos de bajo peso (entre 800 y 1.500 gramos) con riesgo de patología digestiva o intestinal, déficit inmunitario o una salud precaria.