Pacientes
En nuestro país, aproximadamente un 83-85% de la población tiene, en la superficie de sus glóbulos rojos, una proteína llamada antígeno Rh (D). Estas personas son del grupo Rh positivo.
El 15-17% restante no tiene esta proteína y son del grupo Rh negativo. Cuando en la circulación de una persona con Rh negativo penetran hematíes Rh positivos (a causa, por ejemplo, de una transfusión o de un embarazo), puede responder fabricando anticuerpos anti-Rh cuyo objetivo es destruir los hematíes Rh positivos.
Si una mujer embarazada con Rh negativo es portadora de un hijo con Rh positivo, algunos glóbulos rojos del niño pueden pasar a la sangre de la madre a través de la placenta. Aunque este paso puede producirse en cualquier momento del embarazo, es más frecuente después de la semana 28, en el momento del parto y durante un aborto.
El organismo materno puede responder (respuesta inmune) fabricando anticuerpos anti-Rh que atraviesan la placenta y atacan los hematíes Rh positivos del niño o, más frecuentemente, las del siguiente hijo con Rh positivo, causando su destrucción.Este hecho provoca el desarrollo de anemia en el feto y el exceso de bilirrubina en el bebé, muy peligrosa por su toxicidad neurológica. Es la llamada enfermedad hemolítica. En los casos más graves, el niño puede llegar a morir.
La administración a la madre de inmunoglobulina anti-Rh (D), poco después de la exposición a la sangre con Rh positivo del hijo, suprime la respuesta inmune materna y evita la enfermedad. Su utilización sistemática a partir del final de la década de los 60 en toda madre con Rh negativo de un hijo con Rh positivo ha hecho casi desaparecer una enfermedad que en el año 1969 causaba la muerte de 48 bebés de cada 100.000 nacidos vivos.
Es un producto sanguíneo preparado a partir del plasma humano. El plasma es la parte líquida de la sangre que contiene múltiples proteínas, entre las cuales encontramos las inmunoglobulinas, producidas por los glóbulos blancos (leucocitos) y cuya misión es atacar y destruir cualquier organismo extraño (gérmenes, células sanguíneas, proteínas, entre otros) que penetre en nuestro cuerpo.
Mediante complejas técnicas industriales, es posible separar y concentrar inmunoglobulinas específicas para utilizarlas en el tratamiento o la prevención de enfermedades.
La inmunoglobulina anti-Rh (D) se obtiene de plasma humano, recogido mediante plasmaféresis, de muchos donantes de sangre con Rh negativo que han fabricado un anticuerpo dirigido contra los glóbulos rojos con Rh positivo como consecuencia de contactos previos con sangre de este grupo por embarazo o transfusión. También puede ser provocado, con el consentimiento del donante, por inyecciones repetidas de pequeñas cantidades de sangre con Rh positivo.
Aunque se acostumbra a llamarla "vacuna", en realidad no lo es. A diferencia de las vacunas, que hacen que el organismo fabrique anticuerpos de manera activa y producen una protección durante mucho tiempo, la inmunoglobulina anti-Rh (D) es un anticuerpo pasivo que sólo evita la inmunización, hecho que obliga a administrar una nueva dosis cada vez que se produce una nueva exposición.
La inmunoglobulina anti-Rh (D) se administra a mujeres con Rh negativo no inmunizadas, es decir, sin anticuerpos anti-Rh, ya que, una vez aparecen éstos, ya no sería eficaz:
Se inyecta por vía intramuscular o intravenosa, según el tipo de preparado, y es efectiva como mínimo durante 6 semanas.